lunes, 1 de septiembre de 2014

La Gomera, Islas Canarias

¡Buenos días de septiembre! ¿Qué tal ese comienzo de mes? Para muchos no es un mes agradable, por la vuelta a la rutina pero para mi esta vez es un poco extraño, ya que por primera vez en mi vida no tengo vuelta a clase, aunque por otro lado tengo un mes más de vacaciones.

El post de hoy va enfocado a mostrarles mi último rincón de vacaciones con sus paradas imprescindibles. Creo que es un lugar que todos deberíamos visitar alguna vez en nuestras vidas.

Este verano mi chico y yo decidimos hacer una escapada diferente. Como muchos saben vivo en el archipiélago canario, formado por 7 islas. Pues bien, puesto que aún no las conocemos todas, decidimos ir a una de las más pequeñas que está al occidente. Se trata de La Gomera. 


A ella se puede acceder tanto por avión como por barco. Nosotros decidimos viajar por ruta marítima para llevar el coche. Desde mi pueblo podemos optar a viajar por mar con las líneas Fred Olsen, que tienen cobertura en todo el archipiélago. Cogimos un barco hasta la isla de Tenerife, bajamos al sur de esta isla en coche y cogimos otro hasta La Gomera.

En nuestro primer día llegamos por la tarde a su capital, San Sebastián de La Gomera. Caminamos por sus calles y conocimos sus monumentos principales.



Es un pequeño pueblo precioso con una peculiaridad muy grande. El principal monumento de este lugar es una torre situada en un parque con una historia maravillosa.


Torre del Conde

La Torre del Conde es una fortaleza castellana construída en el siglo XV por el señor de La Gomera en aquel entonces, Hernán Peraza, ante las posibles revueltas de los indígenas gomeros. También fue refugio de la señora castellana Beatriz de Bobadilla en 1488, tras la sublevación de los aborígenes isleños y se dice que en ella hubo algún furtivo encuentro entre la Señora y Cristóbal Colón.

Sí como leen, en esta isla estuvo el mismísimo Cristobal Colón, paseando por sus calles y conviviendo con sus gentes. Y es que en el año1492, Cristóbal Colón llegó a La Gomera tras haber partido el 3 de agosto desde el puerto de Palos, en Huelva. A bordo de tres navíos, pretendía llegar a las Indias a través de una novedosa ruta que circunvalara aquel mar temido, que no era otro que el océano Atlántico. En aquellos tiempos, la capital de la isla canaria de La Gomera, San Sebastián, era conocida por algunos navegantes como Villa de Palmas por el extenso palmeral que daba la bienvenida a todos los que arribaban a esta isla.


Su bahía estaba considerada la mejor de todas las islas y, además, era el puerto más seguro. Cristóbal Colón era conocedor de estas cualidades y a la Señora de la isla, Beatriz de Bobadilla, la debió conocer cuando ambos residían en la Península junto a los Reyes Católicos. En La Gomera el Almirante encontró todo lo necesario para avituallarse y tomar el agua con el que reponer tanto a sus naves como a sus hombres de a bordo. La calidez de los habitantes de la isla y la bonanza de su clima fueron determinantes para Colón, quien regresó en dos ocasiones más a La Gomera, en 1493 y en 1498.


Finalmente, el 6 de septiembre de 1492, partió el Almirante de La Gomera hacia las Indias, llegando el 12 de octubre a tierra firme. Había descubierto un nuevo continente: América. Desde entonces, La Gomera quedó nombrada en la Historia como la Isla Colombina y hoy podemos rastrear las huellas del paso de Colón por la isla a través de varios monumentos.



Además de este gran pasado histórico, la isla también cuenta con un gran parque natural que es el principal exponente de laurisilva canaria, un árbol precioso. Es tan importante que en 1986 la Unesco lo declaró parte del patrimonio de la humanidad. Desgraciadamente su zona sur esta completamente quemada debido a un incendio provocado por alguna persona fuera de sus cabales hace dos años. 
Mi chico y yo recorrimos una de sus 18 rutas, la más bonita de todas, llamada El Cedro. Tardamos sobre una hora y media y fue inolvidable.





En cuanto a nuestra estancia, decidimos alojarnos en el Hotel Jardín Tecina, situado en un acantilado al sur de la isla. Es un hotel de ensueño con características ecológicas que cuidan al máximo nuestro medio ambiente, tales como, utilizar las aguas residuales para riego, calentar el agua de la piscina con paneles solares... También cuenta con zonas totalmente adaptadas para personas con discapacidad. Me parecieron muy importantes ambos temas. La comida y el trato por parte de sus trabajadores fue estupendo.








Para ir acabando resumiré con fotos el resto de rincones de la isla, pero en definitiva, fue una escapada para recargar las pilas con la que disfrutamos al máximo y conocimos otra de nuestras maravillosas islas afortunadas. 
Les recomiendo 100% visitarla.


Pescante de Hermigua


Valle Gran Rey


Camarones frescos


Vallehermoso


San Sebastián 

¡Kisses!

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